AMAYA (Barcelona). Vasco, histórico y catalán

Amaya

Les Rambles, 20
Tel.: 932 996 684

Después de dinco semanas cerrado durante el mes de febrero, con la modernización de sus instalaciones y la reapertura de su bar, el veterano de la cocina vasca en Barcelona celebró su 75 aniversario. Las actuales gerentes del local, Laia y Mireia Torralba, hijas y nietas de los propietarios, han recuperado el servicio de bar que dirigió Antonio Torralba, la primera generación. “Un reconocimiento al abuelo”, dice Laia. Hay dos barras a la entrada con carta propia, que recoge la cocina histórica de Amaya en formato pequeño: gildas, jamón y embutido Joselito, croquetas, calamares, bacalao a la llauna con judías del ganxet, tortilla de lomos de bacalao, cocochas de merluza, angulas… También, la caja de frituras, la minihamburguesa, el canelón trufado, los huevos estrellados, el zurito de gazpacho o el tartar de ternera: más de 50 especialidades en formato reducido. La Sala del Hogar ha recuperado su chimenea y tiene una estancia privatizable. En l’Altell, la sala superior del Amaya, privacidad con vistas. La nueva decoración conserva muchos detalles de un local que es historia viva de Las Ramblas. Una novedad es el menú de mediodía a precio módico y la cocina tiene horario ininterrumpido, todos los días, para comidas y cenas más o menos formales o divertidas. Amaya es un restaurante vasco, pero 75 años en Las Ramblas le han hecho ser también ramblero, mediterráneo y catalán. La esencia vasca sigue vigente en los chipirones en su tinta, la merluza en salsa verde, el bacalao al pilpil o las angulas. Otros históricos de la casa son el rabo de buey estofado, las cocochas de bacalao y merluza o los canelones de la abuela Tomasa. En la bodega, más de 150 referencias, tanto catalanas y españolas como internacionales. Amaya fue inaugurado en 1941 por un catalán y un vasco que habían trabajando juntos en el norte. En 1978, Antonio Torralba —entonces barman— y Enrique Herrera —maitre— tomaron las riendas, y, tras la muerte del segundo, los descendientes del primero se hicieron cargo del negocio.