Blanc es el nombre del concepto gastronómico con el que la galardonada chef Carme Ruscalleda desembarca en el hotel Mandarin Oriental, en el Paseo de Gracia de Barcelona. Una propuesta basada en la cocina catalana tradicional, marcada por el respeto a la materia prima y toques de influencia asiática, fruto de la aventura gastronómica de la cocinera en Tokyo. Ruscalleda sustituye a Ángel Leon en ese espacio, en el que el cocinero gaditano ha desarrollado en los últimos años una cocina de sabores atlánticos y constante presencia del mar. León seguirá vinculado al hotel en formatos pop-up y colaboraciones puntuales.
Ruscadella -que se encuentra vinculada al hotel desde su apertura con su restaurante Moments, con dos estrellas Michelin- liderará, a partir del 2 de mayo, toda la oferta gastronómica excepto el local de la terraza, Terrat, en el que, de abril a octubre, se puede disfrutar de la carta de cocina peruana de Gastón Acurio. A partir de ahora, el equipo de Ruscadella se encargará de la carta de desayunos y room service, el nuevo restaurante Blanc y los espacios de Banker’s Bar y Mimosa. Por su parte, Moments seguirá siendo el restaurante gastronómico del hotel, con Raül Balam al frente de sus fogones.
En los otros espacios, Alberto Castiñeiras e Ismael Alonso se encargarán de desarrollar una cocina “confortable, ágil y moderna” muy centrada en el estacionalidad con productos como la trufa, el caviar, caza, pescados y elaboraciones tradicionales como los canelones gratinados, el picantón en escabeche, el gazpacho o los arroces. Para Carmen Ruscalleda, “sin ser un restaurante gastronómico, en Blanc se ejercerá una cocina gastronómica que es aquella que diende las cosas muy buenas”. Para Greg Liddell, direcctor de Mandarin Oriental, “la cocina de Carme Ruscalleda, especialmente tras el éxito de Moments, seguirá contribuyendo al posicionamiento del hotel como hub gastronómico en la escena culinaria de la ciudad”.