De noroeste a sureste, la copa se viste de blanco

Albarino-verdejo-y-cia Por Lluís Ruiz Soler  

Con el buen tiempo llega el momento de los vinos más frescos. Los amables albariños siguen siendo los preferidos del consumidor español, pese a su precio, y los verdejos están cada vez más en boga, por su carácter asequible enológica y económicamente. El Mediterráneo avanza en pos de su identidad en cuanto a blancos.

Una de las novedades más sugerentes en cuanto a vinos blancos la encontramos en Galicia. El Secreto de Candela 2014 es la primera cosecha de un proyecto puesto en marcha el año pasado por tres viticultores de RÍAS BAIXAS: un albariño de libro, sofisticado y comprensible, untuoso y fresco, completamente ortodoxo salvo en la etiqueta desenfadadamente moderna. Pero no todo es albariño en esas tierras. En La Mar de Terras Gauda, uno de los blancos atlánticos más interesantes, la noble cepa gallega le da un toque, junto a la loureiro, a la caíño blanco, casi exclusiva del Val do Rosal: joven y con una admirable capacidad de evolucionar en la botella. El 2011 tiene ahora mismo una fabulosa complejidad.

En RUEDA, una magnífica expresión de la verdejo son los vinos de Javier Sanz, de una saga de viticultores con cuatro generaciones. Un viejo clon recuperado por él le da nombre a su gama más exclusiva: entre los V Malcorta, que han renovado su imagen con la cosecha 2014, hay un peculiar blanco dulce y un “verdejo singular” particularmente elegante, con ricas notas florales y minerales. De las viñas viejas de Javier Sanz procede su Javier Sanz verdejo 2014, con el frescor y la exuberancia de la fruta tropical característicos de la verdejo “convencional”. Por otra parte, les hablábamos hace poco de la nueva bodega de Marqués de Cáceres en Rueda. Además del Excellens sauvignon blanc —desenfadado y moderno—, ha lanzado el Marqués de Cáceres verdejo 2014 poniendo al día el modelo clásico, incluyendo el diseño de la etiqueta.

En el Mediterráneo, la región de los blancos por excelencia es el PENEDÈS y allí tiene su origen el Viña Sol de Torres, que fue un auténtico revulsivo cuando nació hace más de medio siglo. Para su 2014 renueva la etiqueta sin perder la identidad ni la voluntad de constante evolución. Fresco, sedoso y amable, está hecho mayoritariamente con parellada y garnacha blanca bajo la DO Catalunya.

Otro concepto de blanco mediterráneo es el nuevo Recuérdame 2014 de Dominio de la Vega, destacado especialista en cavas de UTIEL-REQUENA. Mezcla de sauvignon blanc, chardonnay y macabeo, pasa tres meses en barricas nuevas que aportan volumen y elegancia sin menoscabo de la frutosidad y el frescor. Pese a la sofisticación del coupage y la elaboración, es un vino eminentemente foodie, como la imagen sin solemnidades que transmite la etiqueta. Otro estupendo blanco del interior valenciano, al que aludíamos no hace mucho, es el Fuenteseca de Sierra Norte: la sauvignon blanc le da un toque cosmopolita a un macabeo contemporáneo pese al viraje clasicista del diseño de la etiqueta.

Nuestra ruta blanca de Noroeste a Sudeste termina en la DO ALICANTE. El Sensum 2 2014 incrementa el porcentaje de moscatel (40%) en un vino que era casi varietal de macabeo, con un resultado sofisticadamente jovial. Por su parte, el Essens 2014 se reivindica como chardonnay mediterráneo. Es luminoso y frutal —incluso cítrico—, pese a una estancia de dos meses en roble francés nuevo que lo hace voluminoso y complejo.