TORRELLANO-ELCHE (Alicante)
Violeta, 4. Tel.: 965 682 817
Cuantas más vueltas le demos, más viejos nos parecerán los “nuevos” conceptos de restauración. Porque ¿qué tiene cualquier gastrobar de moda que no tenga El Cortijillo, que lleva 6 años —más 10 de su precursor, El Candil— abriendo a las 6 de la mañana y cerrando a las 12,30 de la noche para darle a la parroquia la “experiencia gastronómica” que corresponda en cada momento, incluyendo cañatapa por las tardes en la barra? ¿Que no es “gastro”? No ni poco. No es trendy, si acaso, aunque las delicias de gamba y merluza van rebozadas en panko, como las croquetas más modernas, y el chef se permite “creatividades” como la del canelón de bogavante. Pero la quisquilla hervida, el calamar a la plancha, el arroz con sepionet y ajos tiernos o la tarta Tatin son gastronomía de primera, por no hablar del guiso del día: los lunes cierra, pero hay lentejas o estofado los martes, cuscús los miércoles, gazpachos de mero o marmitako los jueves y arroz al horno los viernes. Con un segundo de carne o pescado, el plato del día integra un menú a 11 euros y se puede comer a la carta desde 24: otra diferencia, a favor, con los locales de moda, porque, en El Cortijillo, hasta el gintónic cubre sobradamente las expectativas. Decididamente, lo que distingue a los gastrobares más pretenciosos de los bares honestos de toda la vida no es estrictamente gastronómico. Está en la música, en la decoración o, para qué vamos a engañarnos, en la necesidad de ver y ser vistos de buena parte de la clientela.
LLUÍS RUIZ SOLER
