Tras una minicumbre de cocineras y gastrónomas de toda España, el movimiento de las grandes chefs avanza en dos frentes: pasarlo bien y hacerse valer
¿Existe una cocina femenina sustancialmente distinta a la de los hombres? Por lo pronto, hay un lobby de grandes cocineras españolas que han decidido reunirse periódicamente “para pasarlo bien y para estar unidas en torno a la puesta en valor de la mujer en la alta cocina”, según lo explicaba Susi Díaz, chef de La Finca. La primera cita fue el año pasado en el restaurante Sant Pau de Sant Pol de Mar, con Carme Ruscalleda como anfitriona, y la segunda tuvo lugar el fin de semana pasado en Alicante y Torrevieja.
Tal como anticipaba la otra promotora del encuentro, Mª José San Román, de Monastrell, las participantes son conscientes de estar “poniendo en marcha algo que no se sabe cómo va a ser, pero seguro que es algo interesante.” Por lo pronto, las dos mallorquinas presentes en la reunión de Alicante, Macarena Castro y María Solivellas, de los restaurantes Jardín y Ca Na Toneta, se han comprometido a dar continuidad a este tipo de encuentros el año que viene en su isla. Pero la cosa ha ido más allá y dos activistas gastronómicas como Cuchita Lluch, presidenta de la Academia de Gastronomía de la Comunidad Valenciana, y Mar Milá, de Gastronostrum, anunciaron su intención de promover un congreso sobre la cocina femenina en Alicante.
El tema da para eso y para mucho más. Fina Puigdevall, de Les Cols, en Olot, asegura que la cocina femenina no existe: “Da igual que las manos sean de una mujer o de un hombre, somos profesionales y el sexo no importa”. Mª Carmen Vélez, de La Sirena, en Petrer, defiende la existencia de una sensualidad peculiar que caracteriza a la cocina de las mujeres. Hay opiniones para todos los gustos y el debate está servido. De momento, se trataba de una reunión sin protocolos ni ponencias y, aunque las cocineras han charlado informalmente entre ellas de eso y de mucho más durante estos dos días, todo ha sido distendido… Y gastronómico.
Todo empezó el domingo por la noche con un aperitivo en La Taberna del Gourmet, con Geni Perramón como anfitriona. Luego, para cenar, una mariscada Boston Style —americana en cuanto al procedimiento y muy mediterránea —por la gamba roja o las ostras de Santa Pola— en Monastrell. Y, el lunes, excursión a Torrevieja, con un pantagruélico picnic en la playa preparado por el restaurante Barlovento: caracoles, camarrojas, calamar en salsa, pulpo al horno, langostino de Guardamar, más gamba roja, los singulares salazones que elabora Toni Pérez Marcos y un colosal caldero de mújol y dorada, además de gintónics y música en vivo hasta altas horas de la noche. A los postres, panettone de Torreblanca. Su esposa, Chelo Coloma, fue una de las asistentes, igual que las hijas de Pepa Romans, Sole y Tona, de Casa Pepa.
La semilla que la periodista Cristina Jolonch, del Magazine que incluyen varios diarios los domingos, plantó con su reportaje “Las jefas de la cocina”, para el que reunió el año pasado a lo mejor de la cocina femenina española con una clara mayoría alicantina, es ya un árbol que promete crecer y dar muchos frutos. Pero ¿existe la cocina femenina? Sin duda, seguiremos informando.