El cocinero extremeño José Pizarro llegó a Londres hace 18 años y, tras trabajar durante algún tiempo en varios de los que por entonces eran los restaurantes españoles más conocidos de la ciudad, como Eyre Brothers, Gaudí o, sobre todo, Brindisia, en 2011 empezó una carrera profesional en solitario que le ha llevado a convertirse en el referente de la cocina española actual en el Reino Unido.
Más allá de la presencia en Londres de referentes de la alta cocina española como Eneko Atxa, Marcos Morán, Dabiz Muñoz o Nacho Manzano el trabajo de divulgación de José Pizarro se basa más en el día a día, con una importante presencia televisiva, la publicación de tres libros hasta el momento (Seasonal Spanish Food (2009), Spanish Flavours (2011), Basque (2016) y Catalonia, cuya publicación está prevista para finales de este año) y, sobre todo, sus cuatro restaurantes. En 2011 inauguraba José Tapas Bar, en el barrio de Bermondsey. Poco tiempo habría un restaurante con un concepto más formal, llamado José, a pocos metros de su primer negocio, seguido por el restaurante José Pizarro, en el barrio de Broadgate y por la que es, por el momento, su última incorporación a la familia, Little Jose, un foodtruck de comida callejera española instalado en el barrio de negocios de Canary Wharf.
Debido a su popularidad José Pizarro es un termómetro perfecto para entender cómo ve el público del Reino Unido la cocina española y cómo en los últimos años el conocimiento del aficionado británico se ha ido ampliando más allá de los tópicos. Por eso, la publicación de Euskadi (Ed. Cinco Tintas, 2017. Se trata de la traducción de Basque) supone una estupenda ocasión para explorar el universo culinario que José Pizarro propone al público inglés, disfrutar de su personal visión de la cocina vasca, en la que algunos platos icónicos se mezclan con reinterpretaciones más personales, y para ver cuáles de los elementos de una cocina que nos puede resultar cotidiana aparecen como exóticos a ojos de un público diferente.
Euskadi es, por lo tanto, una ocasión de vernos desde fuera con ojos de alguien que nos conoce también desde dentro, una oportunidad de entender qué esperan otras audiencias de nosotros –algo imprescindible si se pretende la proyección internacional de la cocina española- y, sobre todo, un libro de cocina interesante, ameno y muy cuidado en el apartado estético.