
Bruno Murciano, uno de los sumilleres valencianos con más proyección nacional e internacional, nació en la comarca de Utiel-Requena. Se juntó con David Sampedro, viticultor y enólogo alavés con cinco generaciones de arraigo en el vino riojano. En la finca Viña Emilio, propiedad de un viejo amigo, encontraron cepas de más de 70 años a punto de quedarse sin que nadie las cultivara. Y la Cooperativa San Juan Bautista les cede sus viejos depósitos de hormigón para elaborar un bobal conmovedor. Antes de salir El Sueño de Bruno 2010 —el esperado “crianza”—, se había agotado o casi, en poco tiempo, La Malkerida 2011, que es toda una carta de amor a la bobal: “Por tantos años en el olvido, por los estudios que no protagonizaste y los mimos que nunca recibiste.” La variedad autóctona responde con infinitas dosis de cariño: coqueteo de fruta silvestre en la nariz, con la chispa de un toque especiado, y un beso de fruta carnosa y fresca en la boca.