
Pionera en la venta de fruta por Internet, Naranjas Lola hizo que muchos gourmets y grandes chefs de toda España conocieran algo tan frecuente entre los valencianos como los cítricos madurados en el árbol —incluidas unas naranjas sanguinas sorprendentes para muchos— y comercializados sin mediación de cámaras ni tratamientos. La revolución consistía en cosechar la fruta sobre pedido y mandarla por transporte urgente para que estuviera en su destino en 24 horas. Naranjas Lola ha ido incorporando a su catálogo —junto a todo tipo de cítricos, que están ya en temporada—, tomates, sandías, melones y pimientos de una calidad igualmente extraordinaria, además de cocas o mermeladas artesanas y de unas mandarinas literalmente conmovedoras: distintas variedades de clementina —clemenules, sobre todo—, según la temporada. No hay mandarinas como las del propio huerto familiar. Iguales, al menos, son las de Naranjas Lola.