Casa Castillo
DO Jumilla
Casa Castillo, pionera a la hora de poner en valor la autóctona monastrell cuando se creó la bodega hace 15 años largos, parecía haber perdido fuelle. Se ha venido arriba con este nuevo crianza que le aproxima a un público más joven y desacomplejado —una etiqueta moderna, un nombre desenfadado y un PVP de unos 10 euros—, pero sin renunciar a su estilo y a la identidad de la cepa que la bodega contribuyó a rescatar del granelismo. Potente, frutal, complejo, sabroso, equilibrado y con un año en roble francés, no deja de ser un vino gastronómico y con carácter, apropiado para acompañar a la cocina del terroir —arroz con conejo, gazpachos, cordero asado—, pero también para triunfar en los gastrobares que están renovando el atávico tapeo murciano. LRS