Más de una década divulgando la cultura del vino

Escuela-de-CatasPor Lluís Ruiz Soler  

La Escuela de Catas de Alicante resume sus actividades del período 2003-2013 en un libro que se presentó recientemente, arropado por primerísimas figuras del mundo del vino. Todo comenzó hace doce años, cuando los de Bardisa & Cía, comerciantes de productos gastronómicos, transformaron su antiguo almacén de jamones en una escuela consagrada a la cultura del vino y la cosa no ha dejado de ir a más desde entonces.

“Diez años no son muchos, pero es un buen comienzo”. Estas palabras del Master of Wine Pedro Ballesteros, una de las testas coronadas del mundo del vino que protagonizaron el acto, resumen el espíritu con el que se celebraba una década de historia en la Escuela de Catas de Alicante. También intervinieron Fernando Gurucharri, Custodio Zamarra o John Salvi, arropando a Juan José y José Antonio Sellés, artífices del centro, a Javier Carmona, su director, y a Paz Atienza, autora del libro que resume la etapa 2003-2013 en la Escuela y que se presentaba allí ante el “todo Alicante” enogastronómico.

En 2003, los propietarios de Bardisa & Cía, tras un viaje iniciático a Burdeos, convertiron su antiguo almacén de jamones en un centro dedicado a difundir la cultura del vino y también la de otros productos gastronómicos. La cosa fue rápidamente a más y, como contábamos en mayo de 2005 desde la revista Club de Gourmets, entre el profesorado había “hasta 28 primeras figuras del mundo del vino en sus más diversas vertientes: la elaboración, la comercialización, la divulgación y la sumillería.”

La historia de la Escuela de Catas está repleta de recortes de prensa. Por aportar también el nuestro a la memoria global del centro —hecha de las memorias puntuales de quienes hemos estado allí alguna vez, como dijo Sellés—, ahí va uno del diario INFORMACIÓN del 8 de abril de 2011: “Alicante, martes por la tarde. Tremendo conflicto en la agenda. Hay una cata de champagnes Louis Roederer, incluyendo el mítico Cristal, y otra de Vega Sicilia, donde puede que el mismísimo Javier Ausás, el enólogo, se saque de la chistera unas botellitas del rioja elaborado por la alianza empresarial que une a su bodega con el más rico de los Rothschild. Los de la Escuela de Catas, donde se celebra la segunda, nos dan la solución: comer con ellos —Javier Carmona, director de la escuela, y los hermanos Sellés, sus promotores— y con el propio Ausás. Y beber y recabar información y salir corriendo para El Corte Inglés, donde la ASECA celebra lo de Roederer.”

Otra vez Ballesteros, el orador más conciso del acto y, sin embargo, el que más notas nos hizo tomar: “Cuando dicen que el mundo del vino se ha vuelto muy complicado y que hay que hacer vinos fáciles y asequibles, como las grandes bodegasLo que nos gusta es que nos hagan soñar y eso no es nada fácil. Se necesita cultura, formación y comunicación para poder compartir esos sueños y eso es lo que hace la Escuela de Catas de Alicante.” Cuando le preguntamos a su director si él prefería nuevos consumidores o “entendidos”, fue tajante: “Siempre preferiré muchos nuevos consumidores, que ya los formaremos”. Y llevan más de diez años en ello.