ALICANTE
Foguerer, 9. Tel.: 965 248 717
Con sólo cinco personas en plantilla —la familia Olivares y un par de empleados— el Mavi tiene una concentración por metro cuadrado, en cuanto a personal, poco frecuente en un negocio como este, porque el local, contando cámaras o almacén, no pasa de 45. Es un verdadero concentrado de autenticidad y de encanto, con su modestia de bar de barrio —el bar con el acero inoxidable y los azulejos más relucientes de cualquier barrio— y su deslumbrante vitrina de mariscos de las lonjas cercanas o de las gallegas: de los que no se encuentran más que en los mesones elegantes o, sobre todo, ahora mismo, en las tabernas de diseño. Pero aún hay más: salazones, ibéricos, montaditos, bocadillos, tapeo del bueno —unas croquetas y una ensaladilla de ranking— y una impresionante repostería casera magníficamente representada por el tocino de cielo y el flan de almendra. Pase también una frivolidad: el canapé de foie, que les encanta hasta a los que están un poco de vuelta del foie, con un toque agridulce y otro de sal crujiente en apetitosa armonía. Todo, más la cordial profesionalidad de Luis y Pedro Olivares, en sólo 45 metros cuadrados y a partir de unos 22 euros, salvo festines marisqueros, claro. El Mavi cumple 30 años en 2015 y Luis, 64. Salvo muy al principio —los doce primeros—, siempre ha sido camarero. No conoce otro oficio y no aparenta el menor interés por llenar ese vacío. ¡Para qué, si el de la barra lo borda! Cierra el domingo por la noche y el lunes.
LLUÍS RUIZ SOLER
