El Club Pasión Habanos convoca a los amantes del cigarro de toda España en torno a una buena mesa y su última visita a Alicante tuvo lugar en Maestral. Dos cigarros de la marca Trinidad, antecesora de Cohiba como vitola de agasajo para los invitados del régimen cubano, protagonizaron la velada: el pequeño Reyes para el aperitivo y el Robusto T para la sobremesa.
Hasta hace bien poco, un buen cigarro formaba parte por derecho propio del ritual gastronómico. Ahora, a los que siguen pensando que fumarse un puro como Dios manda —acompañado por un destilado las más veces— es una buena forma de rematar una comida reglamentaria, les quedan dos opciones: hacerlo en casa, con el perjuicio al que ya se han resignado los restauradores, o bien organizarse en logias semiclandestinas —pocas actividades legales tienen tantas restricciones de todo tipo como las relacionadas con el tabaco— y aprovechar los escasos resquicios normativos para cenar —o comer— y fumar a sus anchas, siempre debidamente estigmatizados con respecto al resto del mundo.
El Club Pasión Habanos celebra encuentros de ese tipo por toda España y de vez en cuando recala en Alicante: generalmente, en Maestral, con una de las terrazas más deliciosas de la ciudad. Con el servicio de postín que dirige Carlos Cámara —¿nadie va a darle nunca el Premio Nacional de Gastronomía o algo parecido a un maitre de los que no quedan?— y con una cena de picoteo y arroz genuinamente alicantina —salvo, quizá, por el “décalage” horario— los protagonistas fueron los habanos Trinidad: un Reyes ideal para el aperitivo por su pequeño formato y, para la sobremesa, un Robusto T, que no se diferencia del robusto habitual más que por su terminación a modo de rabillo de boina o “rabo de cochino”. Tal como explicó José Andrés Colmena, el experto de Habanos SA que hizo de mantenedor, son cigarros de fortaleza media, ligeramente secos y amaderados, con notas de frutos secos, especias —nuez moscada—, melaza, vainilla y cedro. El Reyes, por su tamaño, resulta más fuerte que el Robusto T, que estuvo acompañado en la sobremesa por whisky Chivas Regal y ron Havana Club Selección de Maestros.
La marca Trinidad lleva el nombre de la tercera ciudad fundada por los españoles en Cuba, en 1514, y fue creada en 1969 como vitola de protocolo para los invitados más ilustres de las autoridades revolucionarias. Cuando Fidel Castro dejó de fumar, en 1985, los Trinidad pasaron a compartir esa función con los Cohiba, que había sido hasta entonces la marca personal del comandante, y finalmente se empezaron a comercializar en 1998. Unos y otros se elaboran en la fábrica de El Laguito, la catedral de la industria tabaquera cubana, y son dos de las 33 marcas de Habanos SA: 27 de ellas son de cigarros premium.
Entre los datos y anécdotas que surgieron en la animada tertulia mantenida durante la velada por una treintena de incondicionales, Colmena aseguró que el Montecristo nº 4 sigue siendo el habano más consumido en el mundo, pero le va a la zaga, cada vez más cerca, el Partagás Serie D nº 4.