Pombo 18, las apariencias engañan

PomboManuel Pombo Angulo, 18 
Sanchinarro. Madrid
Tel.: 917 504 822
www.pombo18.com
Cierra domingos noche
Precio medio: 50 €

Detrás de la iglesia de los Dominicos, en la A-1, hay un parque empresarial que poco a poco va teniendo una creciente oferta de restauración. Hasta aquí se vino Juan Salazar con su Nuevo Foque y sus conocidos platos de bacalao, y precisamente justo al lado abrieron a finales de diciembre Pombo 18. Es curioso que hasta ahora haya pasado inadvertido, pues la inversión –a la vista está- ha sido considerable. Empezando por el propio local –amplio, con un privado de entrada independiente, con ascensor desde la calle- reformado de arriba abajo, y cuyo diseño ha corrido a cargo del mediático Joaquín Torres (estudio de arquitectura A-cero), conocido por sus trabajos para famosos y futbolistas. No se diría que éste sea su mejor proyecto, pues aunque sus líneas, su altura, llamen la atención, resulta algo frío, incómodo y poco funcional (modernas sillas basculantes difíciles de mover, grandes peanas en las mesas que impiden colocar los pies; por no hablar de la delirante cava, de escultóricas estanterías curvas, un despropósito). Con paciencia y humor solventan éstos y otros problemillas su director, Pedro Martos y el maître, Constantino Morales, sólidos profesionales curtidos en mil batallas. De ellos hay que fiarse a la hora de elegir de una carta bien pensada, con un producto de calidad buscada, ejecución por encima de la media y precios razonables. Muchos platos están contemplados en medias raciones (estupenda idea que debería cundir entre la competencia), desde las chacinas y las entradas a los principales. La cocina, a cargo de Francisco Moreno, se mueve en los parámetros de lo tradicional, actualizada en presentación y punto. Magnífica cecina, una muy recomendable ensalada de pimientos con morrillo de bonito embotado en casa o la clásica terrina de foie para empezar. Siempre hay también algún guiso diario, como el potaje, agradable, suave, y sugerencias como el magnífico gallopedro a la bilbaína, que se unen al listado de pescados en el que no faltan el bacalao, la merluza de pincho en salsa verde o el rapito de barriga negra. Con las carnes, cochinillo, rabo de toro, callos, o la chuleta de vaca vieja gallega (se agradece la honestidad), jugosa, tierna, una de sus especialidades. Menos atractivos sus postres (panchineta, sopa de cítricos), no así el queso brie trufado, pura crema. En definitiva, una novedad apetecible a la que habrá que seguir la pista.

TEXTO: RAQUEL CASTILLO