
Juan Mengual es uno de los pioneros que forjaron la imagen de cierta restauración vinculada al boom turístico, como Manolo Escobar en la canción o Alfredo Landa en el cine. Cuarenta años después, aún exhibe su destreza día a día ante una nutrida audiencia de guiris entregados, echándose en la frente un hilillo de vino que se desliza hasta la boca por la nariz y las mejillas, desde el porrón que alza con una mano mientras hace sonar un cencerro con la otra: digno de “Tú sí que vales”. Sin perder la identidad de un negocio que es etnografía valenciana viva, en la comarca turística y auténtica de La Marina, los hijos de Juan, con Mª Isabel al frente, han incorporado en la buhardilla de la vieja casona familiar un comedor elegantemente rústico y ecléctico, y han fichado a un cocinero, David Ariza, que demostró solvencia y personalidad en el Ganivet i Forqueta de Jalón mismo al interpretar la cocina y la despensa tradicionales, como en los amenos menús y la escueta carta de la nueva propuesta: minjo de morcilla y queso de almendra, blanquet con pan y vino, pulpo con papada, arroz con atún y calabaza, lechazo al horno, manzana asada o calabaza con naranja y chocolate. En la planta baja, tapas, bocadillos y paellas en una línea convencional. El Cup de Bèrnia es conocido como Casa Aleluya por una especie de grito de guerra de Mengual que es otra de sus señas de identidad.
LLUÍS RUIZ SOLER