Risling 2013, el vino que surgió del frío

RieslingSalvador Poveda
Monóvar (sin DO)

Nada que ver con los riesling del Rin, salvo el estar hecho con esa variedad originaria del centro de Europa que a los Poveda se les ocurrió explotar a muchos kilómetros y en un clima mucho más cálido. Bendita ocurrencia, porque el riesling de Monóvar ha resultado ser, con el tiempo, algo tan diferente a los vinos alemanes o alsacianos como a cualquier blanco de su entorno y con una relación calidad-precio superior a todos ellos: factura impecable a unos 4 euros. Sin la acidez de aquellos —y sin su potencial de envejecimiento—, tiene una alegría mediterránea, una exótica frutosidad —plátano, pera, frutas de hueso— y unas notas dulzonas que hacen de él un vino absolutamente trendy. Como en otros casos, los Poveda se adelantaron a las tendencias su tiempo y la variedad, antes incluso de posteriores desavenencias con el Consejo Regulador, nunca fue reconocida por la DO Alicante: de ahí la treta de llamarle Risling en lugar de “riesling”.

Risling