Rita & Champagne, cocina italiana poco habitual

R&CH_Rte_0065Orellana, 1
Madrid
Tel.: 917 024 234
Precio medio: 30-50 €
www.rita-champagne.com 

Rita es por Margarita, la reina de Saboya que dio nombre a la pizza más famosa de Italia —napolitana para más señas— con su patriotismo comestible a base de albahaca —que pone el verde—, queso mozzarella —el blanco— y tomate —el rojo—: los colores de la bandera del país transalpino.

Lo del champagne está mucho más claro. Porque Gino Cavaliere, director y propietario de este nuevo restaurante del barrio de las Salesas, defiende el espumoso francés para acompañar cenas más o menos informales, por copas o por botellas, pero a precios razonables: entre 32 y 60 euros hay un buen abanico de posibilidades.

Ocupa el mismo local que antaño alojara la Taverna Siciliana, restaurante emblemático para los amantes de una cocina italiana poco habitual en Madrid. Y también aquí se hace cocina italiana, aunque con concepto bistrot: platos basados en lo tradicional a los que el cocinero les aporta un cierto toque personal que gusta.

Cuidan la materia prima. Se ve en la mozzarella de búfala con mortadela trufada y mermelada de tomate picante, propuesta en la que destaca la calidad del queso, con ese característico punto de rusticidad. Tan auténtico como el tomate San Marzano —típicamente napolitano— con el que preparan la mermelada, que no se pasa de dulce, algo bastante frecuente.

Las pizzas también merecen la pena, empezando por la masa, fina, crujiente, que preparan en horno de leña. La que llaman Micky sin Mousse lleva tomate fresco, mozzarella, guanciale —panceta italiana—, rúcula y parmesano, y está jugosa y equilibrada.

Con los platos más contundentes, por ejemplo, los garganelli —similares a los macarrones— con tartufada, speck —un jamón típico de centro Europa—, calabacín y tomate cherry, muy sabrosos, una salsa a modo de guisito que recuerda a un ragú. O el pargo con gnocchetti de wasabi, una receta de siempre actualizada con ese punto oriental y que funciona.

Eso es quizás lo que mejor define Rita & Champagne, la regularidad en las elaboraciones: toda está bien resuelto, los platos apetecen, el producto es bueno y el entorno, muy agradable. Porque esa es otra de sus apuestas: un local estiloso en dos niveles —el comedor está en el piso de arriba—, decorado con muebles vintage y de diseño, que juega con los neones, las mesas altas y taburetes o las más convencionales, y donde destaca la curiosa estructura de copas de champagne que preside la escalera y protagoniza todo el espacio. Un acierto de su artífice, la interiorista Patricia Galdón.

Si hubiera que poner una pega sería, quizás, el ruido motivado por las conversaciones altas —tan typical spanish—, la música y el ambiente informal. Y, en el apartado culinario, los postres —sin estar mal, resultan más vulgares—, que no están a la altura del resto del menú. Pero, como decía Jack Lemon en la peli Con faldas y a lo loco, “nadie es perfecto”.

RAQUEL CASTILLO