
Un inspector de la “guía Gabin”, cuyas estrellas son el galardón más preciado por los cocineros, muere inopinadamente en el restaurante de un talentoso chef que ha renunciado a perseguir el éxito para consagrarse a la cocina tradicional. Presionado por la policía, decide investigar por su cuenta y se va tropezando con las glorias y las miserias del circo gastronómico. Con pequeños altibajos en la intensidad narrativa y en la verosimilitud, el periodista alemán Tom Hillenbrand habla con propiedad de personajes, ambientes y situaciones paradigmáticos —los chefs mediáticos, los críticos gastronómicos, la organización de una brigada en rangos y partidas e incluso los “foodscouts” o buscadores de ingredientes desconocidos para la cocina vanguardista— en esta su primera novela: un “thriller culinario” no exento de tensión que comienza en la selva de Papúa Nueva Guinea, pasa por Francia, Luxemburgo o Suiza y termina en los despachos de una multinacional agroalimentaria.