Wine & Culinary Forum: amigos, conocidos y saludados

Amigos-del-vinoPor Lluís Ruiz Soler  

Ferran Centelles, que fue responsable de la bodega de El Bulli, hablará de “enemigos o nuevos amigos del vino” en la segunda cumbre mundial sobre “maridajes”, que se celebrará en Barcelona el 28 de septiembre. En el primer Wine & Culinary International Forum, las propuestas menos ortodoxas causaron revuelo.

Hace un par de años, una ponencia presentada en el primer Wine & Culinary International Forum sembró el desconcierto entre buena parte de los asistentes, sumilleres que no esperaban oír cosas como “yo no selecciono el vino en función del plato” o “las normas están para romperse” y menos en boca de dos reputados colegas: Linda Milagros y Johan Agrell. La segunda cumbre mundial del “maridaje”, promovida por la Fundación Dieta Mediterránea y Bodegas Torres con vocación bienal, tendrá lugar el 28 de septiembre en Barcelona.

En el programa aparecen algunos nombres ante los que se descubre cualquier enófilo —el francés Gérard Basset, la china Jeannie Cho Lee, el canadiense François Chartier, el británico Jamie Goode, el universal Josep Roca— además de cocineros como el mexicano Daniel Ovadía o el catalán Nandu Jubany. También habrá una cata de grandes vinos de familia con Mouton Rotschild, Vega Sicilia y las otras nueve bodegas que integran la asociación Primum Familiae Vini. Y no está exenta de morbo la comparecencia de Miguel A Torres, presidente de la empresa promotora del evento, a la que se ha relacionado con un asunto de presunta evasión de capitales: otro catalán al que le pillan algo en pleno proceso soberanista.

Por su parte, Ferran Centelles propone hablar sobre “enemigos o nuevos amigos del vino”. No sabemos de qué tratará la ponencia del que fue sumiller de El Bulli entre 2000 y 2011, porque, de entrada, como decía Josep Pla, hay “amigos, conocidos y saludados”. Pero se nos ocurre que muchos enófilos pueden estar dudando si son una cosa o la otra los “nuevos consumidores”. Los que se sienten incómodos ante el ritual de la elección y la degustación del vino en el restaurante. Los que no se cortan si les apetece un rosadito veraniego o un espumoso de baja graduación. Los que no se dejan intimidar por cualquier entendido empeñado en demostrarles lo que sabe. Los que ponen el acento en el lado lúdico de la bebida más mediterránea, que la inventó el más crápula de todos los dioses y no un sacerdote de la alta restauración. Los que no entienden que se vea abocada en su tierra a las vitrinas del museo etnográfico estando de moda en el resto del mundo…

El propio Miguel A Torres dijo en una entrevista publicada por Gastronostrum Magazine en verano de 2011 que “la imagen de frack y taza de plata es lo peor que le puede pasar al consumo de vino”.