Por Lluís Ruiz Soler
El foodie que quiera hacer su agosto tiene un montón de posibilidades. Le sugerimos algunas pistas para hacer planes de norte a sur y de este a oeste: restaurantes, mercados, terrazas, chiringuitos, viñedos y mucho más
De Madrid al cielo, incluso en agosto. Una sugerente novedad es Sot, la vermutería que ha abierto Sergi Arola en el sótano de su restaurante, pero atención, porque hará vacaciones desde el 15 hasta el 1 de septiembre. También es novedoso el Mercado de San Ildefonso, un “street market” con 18 puestos de delicatessen para llevar o tomar in situ. Más reciente aún es el Mercado de San Agustín, en Toledo, con 1.400 metros cuadrados de oferta gastronómica y Paco Torreblanca o Pepe Rodríguez entre quienes lo avalan. En agosto, el Ritz invita a champagne en su brunch y Portonovo a albariño con su gran mariscada a precio de mercado.
En Barcelona proliferan las terrazas urbanas como las de los hoteles Mandarín, DO o Rey Juan Carlos I. Barracuda es el chiringuito que ha abierto Xavier Pellicer, mano derecha de Santi Santamaria, en las dunas de Castelldefels. En la Costa Brava, renace La Taverna del Mar, clásico del glamour en S’Agaró donde oficia José Luis Ungidos, procedente del estrellado Julio de Fontanars dels Alforins. Jordi Garrido también anda por aquellas tierras como chef de Mas de Torrent, que propone una exclusiva escapada y, por las noches, en la piscina, la cocina japonesa del Nomo de Barcelona.
La novedad en Ibiza es el Estado Puro que ha abierto Paco Roncero, en la línea de sus neotaperías, en el Hard Rock Hotel. En Sotogrande, la exclusiva urbanización del Campo de Gibraltar, el glamour lo pone el Torneo Internacional de Polo, que cuenta con el restaurante Palenque, dirigido por el televisivo Pepe Rodríguez. En el otro extremo geográfico y conceptual, se puede participar en la vendimia de Abadía Retuerta, un atractivo destino enoturístico en Valladolid. Asturias es una de las rutas gastronómicas más atractivas y algunos de sus mejores restaurantes están abiertos en agosto: Arbidel, Casa Gerardo, El Retiro, María Manuela Bistró, Quince Nudos, Ronda 14…
En la Costa Blanca hay un montón de opciones gastronómicas. La exposición El Vino en Alicante, en el Marq, es la única que no incluye comer ni beber, pero la DO celebra su campaña Winecanting en 140 establecimientos de la provincia. Justo al lado, se puede contemplar el seductor paisaje de Els Alforins —la Toscana valenciana— con las “visitas guiadas al atardecer” en Heretat de Taverners. En el hotel Meridional de Guardamar hay cenas con jazz los viernes: un gintónic en su nuevo sky bar de la azotea, como sobrevolando el Mediterráneo, es un magnífico colofón.